Sentada del 21 de enero de 2010

POBREZA
Peva
La pobreza en un mundo tan grande, la pobreza está comenzando a dar miedo entre nosotros, en medio de los países ricos. Ha llegado hasta aquí en forma de crisis económica y ha llegado para todos, nos ha cogido desprevenidos, indefensos. No sabemos a qué puerta llamar, no sabemos ser pobres. Nos habían enseñado a vivir por encima de nuestras posibilidades y la burbuja del bienestar ha estallado como el cohete mal construido, igualito, ha saltado en pedazos y nos hicimos mucha pupa en la caída. Yo oigo cada cosa de poner los pelos de punta. Incluso lo veo en la tele, si miro las imágenes en vez de escuchar los comentarios. De punta se me ponen los pelos, ya no tengo ni que darme gomina, lo cual no está nada mal, es lo que ahorro. Niños que no comen en el centro de Madrid o de Nueva York, madres sin leche junto a la opulencia más insultante, cada vez más desamparo. Ayer me paró un tipo para decirme que él había tenido buena calidad de vida, así me lo explicó, literal, pero que ahora ya no ganaba lo suficiente para ir al cine y pagar la entrada. Me lo decía con indignación, como si hubiera perdido un derecho. La verdad es que el cine se está poniendo de ciencia ficción, el precio de una entrada parece una película fantástica. Pero los que me preocupan de verdad son las familias que dejaron de hacer cola en las taquillas del cine para esperar en las colas de los comedores de caridad que están abriendo los ayuntamientos para que no se mueran de hambre sus contribuyentes. Si esto es de locos, si el hambre está ocurriendo aquí mismo, a mi lado.







MINIATURAS VI
Iñaki


Alguien yerra,
alguien perdona
y esta puta sociedad
vuelve a quererte.

Música,
agradecimiento,
más música,
tranquilidad,
muchas palabras
con filosofía,
o sea, un poco
de sangre fría.

Tú me lo pediste,
tú me llevaste
y tú te fuiste,
la misma persona
que me escuchaba
o me consolaba
cuando yo callaba.

La sociedad no se come,
la sociedad te la tragas
y, si no te cae bien,
búscate la vida,
o sea, tu voluntad
o tus deseos
o tu cariño no existen,
existe la sociedad,
y lo digo yo.

Rosita
pelirroja peligrosa,
me toca la piel
y toca mi corazón,
lo que no toca a nadie
porque nadie
se ha detenido a mirarla.

Arancha
mujer muy ancha,
ancha es su psicología
y ancho su cariño
y ancha su palabra,
ancha y bonita
como su propia risa
es Arancha
y la quiero.


FLAMENCO
Víctor
Manolo había ido creciendo por los alrededores del teatro de Mérida. El flamenco fue siempre su oxígeno y los turistas eran su público, de momento. Solía cantar en la acera del restaurante Castúo, a la entrada del museo de Moneo. Él mismo se acompañaba de la guitarra para echar sus cantes. Los clientes le pedían cantar por palos festivos, la bulería, los tangos, pero a él lo que le gustaba era cantar la soleá, el martinete y por ahí. Hace un mes que cumplía catorce años y por eso se acuerda que fue ese mismo día. Una turista de Burgos, de Salas de los Infantes, que venía en una excursión del IMSERSO, se chivó a los picoletos de Manolo, diciendo que le había robado el bolso del tirón. Lo único cierto del caso de la turista de Burgos es que su bolso, efectivamente, había aparecido debajo de la silla donde cantaba Manolo, a la puerta del Cantúo, pero el chico no sabía nada, aunque se imaginaba quién lo habría puesto allí, que no había tantos envidiosos entre sus colegas. Manolillo lleva desde aquel día recluido en un centro tutelado de menores. Y no puede cantar, esta prohibido. Allí dentro está prohibido hacer nada, hasta hacer el bien. Le quitaron la guitarra y no tiene ni lápices de colores ni nada. El único arte que hay en aquel lugar es la música que ponen los pájaros. Y a Manolillo se le ocurrió pedirle a su maama un MP4 con flamenco. Fue entonces cuando sus educadores, se llaman así, hay que llamarlos así y tratarlos de usted, se enteraron de que a Manuel le gustaba el flamenco. Como es lógico, las únicas grabaciones que le permiten en el MP4 son las de Camilo Sexto y, si acaso, Paloma San Basilio y por ahí. Ni a Melendi le dejan tener. –Si con el flamenco tironeabas bolsos, a lo mejor con Camilo Sexto te regeneras. Manolillo está ya desesperado después de este primer mes. –Mi maama me tenía que haber grabado a Camilo Sexto, así los boquis me hubieran puesto flamenco. Manolillo ya está pensando en fugarse y hacerse atracador, es lo único que le inspira esta música de mierda.