Xenofobia

 
Rafa
Xenofobia es lo que sufrí, sufro y sufriré.
Me explico: he sido y soy una persona que siempre ha padecido de los pies y, en consecuencia, he caminado mal. Nadie me ayudó a ponerme en condiciones de caminar bien.
Tengo 56 años y mi enfermedad se desarrolló a los 31 más o menos. Me ingresaron en el Hospital de Valladolid por un problema de cefalia, aunque el médico de cabecera me diagnosticó hidrocefalia y en consecuencia me mandaron al neurocirujano.
El mismo día que el neurólogo me vio me metió en el quirófano y desde entonces estoy entrando y saliendo con demasiada frecuencia. En la primera intervención me colocaron una válvula que me cogía desde la cabeza hasta el vientre y por ahí soltaba el líquido cefálico.
Al mes de la operación tuve un traumatismo encefálico y perdí la válvula. Después me han hecho otras seis operaciones en la cabeza con el resultado de terminar en una silla de ruedas. Y en ella sigo.
Yo no soy xenófobo, pero sí lo son conmigo. Desde niño se burlaba todo el mundo de mí por mi torpeza con los pies, me tomaban el pelo y se reían como si yo fuera chistoso.
He sufrido lo mismo en todas las etapas de mi vida. Y se acentuó con los dolores de cabeza. Ya no hago caso a la gente, me he acostumbrado a vivir con la xenofobia de los otros.

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