Piluca


MaryMar
Es un poco delgada, morena, con los ojos grises, muy simpática ella, y cariñosa. Trabaja en una boutique de ropa para jóvenes. Piluca viste muy elegante. Escoge la ropa de los colores más alegres, de los que están a la última moda: pantalones, camisetas, todo. Se maquilla la cara, se pinta los ojos y la boca y sale a la calle para que la vea todo el mundo.
Se pasea como una modelo por las avenidas más importantes.
–Piluca, ¿por qué no te vendes? –le digo yo, su mejor amiga–. Todos los tíos te desean. Y los más ricos, más.
–¿Pero qué te creías tú que hago, cuando me maquillo? Yo siempre estoy en venta. Lo que pasa es que nadie ha ofertado mi precio, todavía –me contestó Piluca muy segura, y consiguió desconcertarme.
–Pues yo creía que salías en busca del amor de tu vida.
–Llámalo como quieras. Pero encontraré a quien lo pague.

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