Iñaki
Nunca
lo digas,
nunca
digas que me quieres,
nunca
digas que no me quieres,
simplemente,
quiéreme.
Ese
guiño de ojo
me
dejó cojo,
ese
guiño de ojo
me
dejó tuerto,
otro
guiño tuyo
y
habré muerto.
Un
paso atrás,
me
tengo que retirar
de
esa emoción,
me
tengo que retirar de tu amor.
La
calle interminable,
la
calle callada,
la
calle es una montaña
de
secretos.
Un
amor que no me escuche
no
es amor,
un
amor que no me entienda
no
es amor,
nunca
podré… con un amor.
Decías
que escribías,
decías
que llorabas,
lo
decías,
que
no aguantas más bromas.
Porque
no me dejan
dejar
hacer
con
buen hacer,
hay
que dejar,
¿o
hay que hacerlo?
Y
porque no puedo ser libre
porque
mi gente no lo entiende,
tendré,
lo necesito, que
ser
libre con mi gente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario