Rosita
La
gente en las fiestas no se calla, les pasa lo que a mí, y hacen tal
alboroto que más parece locura, como yo. Lo único que desean es que
no termine nunca, aunque pasados unos días ya pedirán paz y
tranquilidad, mucha tranquilidad.
Yo
alguna vez fui más joven y participé de muchos alborotos. Más loca
que nadie y que nada era yo, como una puta cabra. Salía con un chico
muy guapo, era muy guapo muy guapo, y me alborotaba toda, nos íbamos
por ahí, por las eras y por ahí, lo pienso y esto no puede ser
verdad, Muchas veces nos pasábamos horas y horas en la cocina de
palique, que yo siempre fui muy cotilla. Cómo olvidar a Enrique, era
muy guapo muy guapo, muy bueno, muy buen amigo, a él le contaba
todas mis alegrías y mis tristezas, que las tengo.
Sobre
el amor y los alborotos yo hablo lo que quiero. Donde hay amor hay
alboroto, que el amor es muy cabrón, muy cabrón. Dentro de las
personas hay alboroto, sobre todo en el corazón. El amor te
despierta el cariño por la familia, pero sobre todo no te permite
olvidar a la persona que alborotó tu corazón y que continúa en tu
mente.
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