Sentada del 15 de noviembre de 2012



DESAMPARO
Rafa
Yo siempre me he sentido un indefenso y un desamparado.
Me desespera mi naturaleza, el no poder caminar, que nunca haya podido hacerlo como lo hacéis la mayoría, pero sobre todo que cada vez pudiera menos, pues cada vez iba a peor.
No me acepto como soy, y bien que lo siento. No consigo aceptar esta cruz de no poder andar, y por eso me siento tan indefenso. Es una sensación que me ha acompañado toda la vida, incluso cuando trabajaba y tenía responsabilidades y era el cabeza de familia que tenía que sacar a todos adelante. Incluso entonces, especialmente entonces, me sentía débil, indefenso.
Si no me he derrotado, que he estado a punto, muchas veces, muy acabado de ánimo, fue porque nunca me faltaron los apoyos familiares.

¿ABURRIMIENTO?
Peva
Yo prefiero ir por libre en mis paseos que con una persona sosa y plasta. Porque con una persona aburrida da la sensación de que las manecillas del reloj tienen anemia y no tienen fuerza para andar por su esfera, parece que van a cámara lenta tropezando con cada minuto del minutero para que las horas se te hagan supereternas. Es como desesperante, porque por el interior de mi cabeza puede pasar de todo, y empiezas por acordarte de aquel día, tan diferente, en que te fuiste sola, sin más, sola por ahí y sin que te diera la coña un tipo como éste, sin conversaciones insulsas y con pausas tan largas que te da hasta tiempo para echarte una siesta, unas tardes que no se acaban nunca, y por supuesto acompañada, ya digo, y en las cuales te preguntas ¡y qué hace una chica como tú con un plasta como ´éste! ¡De la que te has librado!
Yo lo siento mucho pero, mientras pueda con mis huesos y hasta el último aliento, seguiré yendo por libre. Y así, mis domingos serán de 24 horas y no de 40. E incluso se pueden acortar un poco si tropiezas con una buena solución en forma de libro, que una tarde llena de letras contándote buenas historias que te enganchen es una tarde redonda. Y corta.

CUADERNO AZUL / 6
Carmen
¿Por qué nos aburrimos tanto? Algunos jóvenes disfrutan más que un mono con las atracciones. ¿O tendrá que ver con el carácter mediterráneo, que nos gusta más jugar que trabajar? Quizá sea porque en los parques de atracciones volvemos a ser niños, o por el vértigo, o por la publicidad … o porque nos aburrimos tanto.

¿Serán las nuevas catedrales de nuestro tiempo los parques temáticos? Compiten a ver cuál es más grande. ¿Cómo es posible que haya espacio, mercado y margen para todos? Yo me quedo alucinada. ¿No harán algún día catapum y no se irán a la mierda?

Siempre me hago esta pregunta al ver otro supermercado u otro centro comercial. Pero claro, que si todo el mundo tiene las mismas ganas de comprar y viajar que yo tengo, dudo mucho que esto se acabe. Lo malo es que las compras no dejan tiempo para nada… la vida se va en trabajar para gastar.

¿Qué diferencia hay entre mandolina y bandurria?
La mandolina vino de Italia y suena más fina. La bandurria española es más grande, un poco.
¡Ay!, el día que no haga preguntas estaré muy mala.

Cuando empecé a escribir, lo hacía como todos los niños, levantaba mucho el lápiz del papel, pero mis padres pensaban que era algo propio de mi naturaleza y no me corregían, hacía las emes como la parrilla de la barbacoa. Poco después aprendí a escribir más normal, pero ya me habían enseñado que yo era diferente sin remedio.

También lloraba mucho cuando veía castigar a mi hermano. A mí no me castigaron casi nunca. Lloraba castigos ajenos y no los míos, aunque no sé muy bien si lo hacía por pena o porque los echaba de menos… me hacía tan feliz que por fin se fijasen en mí, me tomasen en serio y me castigasen alguna vez…

Una palabra que me gusta es librepensador, es una palabra hermosa. El pensamiento tiene que ser siempre libre, aunque haya gente que se atreva a pensar barbaridades como mis amigos los ácratas. Y no soporto los eufemismos; yo no digo tacos, no abuso, pero soy minus y lo digo: soy minusválida, soy coja. Lo malo es cuando me lo dicen los otros. O eso de “oye, tú pareces mongólica”, es horrible. Pero dicho con cariño es libertad.

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