17-VI-2012: Bruce Springsteen en el Bernabeu



HeavyMetal

Cuesta escribir sobre uno de esos conciertos que sabes que vas a recordar mientras vivas.
Desde que vivo en el CAMF, el número de eventos al que asisto es incontable.
Y me ha pasado de todo: cómo yo me muevo en silla de ruedas ¡bendito sea dios que puedo hacerlo todavía!
En el mes de diciembre, que se pusieron a la venta las entradas, le hice los planes a mi Colega. Saqué mi entrada y otra para él.
Hacía falta una tercera, para la parienta. Y tuve que ir por ella.
¡Qué bronca! Las tres estaban separadas, cada una en una punta del estadio.
Y la parienta dijo que no, que ella no iba a estar sola allí, en medio de la gente.
Pero a él le tenía ganado. Y se trajo al hijo.
A los 15 días que llegar de Grecia, que se fueron a consultar el horóscopo en Delfos, nos vamos al Bernabeu a ver a Bruce Springsteen.
Seré cabrón, cómo le lié.
Lo único que hago es oír música, ir a ver a mis grupos favoritos.
Y el domingo 17, una fecha histórica, un concierto de record.
¡Y viendo al Boss con el colega y su hijo!
Cuando le pronostico que iba a estar cantando tres horas, el colega se echa las manos a la cocorota.
El colega no soporta más allá de una hora, lo que dura un CD.
El Bruce estuvo cuatro horas dejándose la piel en el estadio.
Por algo es el Boss, y con 62 años, la edad del colega, son quintos.
Mas de 60 000 personas en el estadio coreando sus canciones, una a una.
Sacó a un niño al escenario y también se sabía la canción, ¡y no estaba preparado!
Nos colocaron lejos del escenario, en una tribuna, porque en la pista el colega no tenía silla.
Su mujer se quedó con los niños, decía él.
Cada vez me salen mejor las crónicas, soy un buen periodista.
El hijo del colega pilló un sitio estupendo.
Pues así es el Boss, que no le valen dos horas de concierto: Cuatro.
Y las señoras de su edad bailando en el césped, las cuida bien, que ya no eran niñas.
Fue divertido.
Podría decir de todo de Bruce Springsteen. Cantó lo suyo, con su gente, y durante cuatro horas.
Que se dice pronto, cuatro horas allí, dejándose la piel.
Y luego, toda la castellana arriba para buscar un taxi.
Pues así soy yo, de concierto en concierto. Y también estuvo Laura.
Se vendió todo el papel, fue una noche para no olvidar.
El mejor partido en el Bernabeu.

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