Sentada del 21 de junio de 2012




INSATISFECHA
Conchi
A Margarita le habría gustado tener un cuerpo 10: ser tan alta como Luz Casal, tener el culo de Jennifer López, las tetas de La Bombi, los ojos de Elsa Pataky y los labios de Scarlett Johansson. Pero lo que Dios le dio fue un enorme parecido con El Fary.
Durante 5 años trabajó de puta para costearse las operaciones que necesitaba para ser tan guapa como deseaba. 
Primero se hinchó las peras hasta que parecieron melones, luego rellenó los labios con silicona, después se quitó las arrugas de los ojos y los agrandó tanto que parecía que estaba siempre asustada. También rellenó su culo para que no quedase flácido.
Y después de un montón de operaciones y de pasta, la tía todavía seguía insatisfecha, se quería operar todavía más cosas, pero ya no le quedaba ni un tanto de su cuerpo por retocar.
Aún así, volvió a trabajar de puta para conseguir más pasta y volvió al cirujano plástico para conseguir su ilusión: remodeló sus brazos y sus piernas, pero seguía sin estar satisfecha.
Y así pasó toda su vida: 5 años de puta y 1 operándose, 5 años de puta y 1 operándose, 5 años de puta y 1 operándose...


INGRATITUD
Carmen
En los difíciles años en que la II República era atacada por los militares sediciosos, los frentes de Soria estaban en peligro de romperse y los pueblos de caer en manos de los golpistas.
Un capitán de los milicianos republicanos, Anselmo Almarza, que era de Almazán y defendía un sector del frente no lejos de allí, puso vigilancia en las iglesias de su pueblo y en alguna que otra de las pedanías, pues corrían peligro de ser quemadas por los paisanos más extremistas, sulfurados con razón contra las jerarquías católicas que apoyaban a los militares.
Quería así el capitán salvar el patrimonio histórico-religioso de su tierra en un momento tan trágico.
Y a fe que lo consiguió. Tuvo incluso que ponerse firme, en alguna ocasión en que él mismo vigilaba una de estas iglesias, y amenazar con el fusil a los propios vecinos que querían armar bronca tomándose la justicia por su mano.
De todos era sabido ya que Anselmo Almarza estaba defendiendo la integridad de las iglesias de la zona. Nadie entre sus compañeros de armas, sin embargo, se lo reprochaba, pero su mujer tenía miedo y le advirtió:
–Te estás buscando problemas con todos innecesariamente, con tus compañeros porque son los que queman las iglesias, y con los facciosos porque te estás significando en exceso. Dios quiera que no os derroten, porque esos son todavía peores que tus amigos y no te lo han de agradecer para nada, que salves sus templos.
–Yo soy creyente y es lo menos que puedo hacer por la fe de mi familia y por la historia de esta tierra.
La guerra se enconaba, cedían los frentes y cada vez más plazas eran tomadas por las tropas franquistas, apoyadas por las potencias nazifascistas. Y cayó Almazán y los milicianos retrocedieron.
Cuando por fin cayeron todos los frentes y la guerra estaba perdida, volvió Anselmo desde su último destino en Barcelona. No quería esconderse, no tenía nada de qué avergonzarse. Volvió a su casa discretamente, su mujer estaba asustada por su suerte. 
–Todos te conocen aquí –advertía ella.
–También conocen quién soy y lo que he hecho.
Al día siguiente de llegar a su casa, un sargento bigotudo y mal encarado, con muy malas pulgas, se presentó a la puerta, preguntando por el capitán republicano.
–¿Es usted Anselmo Almarza?
–Sí, yo soy, ¿quién me busca?
–Queda detenido por rebelde, ¡viva España!
–Yo defendí un gobierno legítimo –no pudo contestar otra cosa.
No hubo piedad con él, fue fusilado.

ELLA
Estrella
Ella pertenece a una familia de la clase obrera. Desde pequeña ha tenido muchos sueños, pero la vida le ha puesto bastantes zancadillas. Aún así, antes nunca se derrumbaba, se levantaba de un salto y seguía adelante su camino.
En su familia siempre fue la oveja negra y la consecuencia de eso ha sido que siempre se sintiese como una desplazada. En su familia nunca tuvieron en cuenta su opinión, porque pensaban que no era la más acertada.
Debido a esta censura, un día decidió levantar el vuelo para hacer realidad sus deseos. En esta ocasión sí que sintió el apoyo de su padre, que la animó a seguir adelante, hasta alcanzar sus sueños.
Fue un vuelo en el que conoció las tormentas, los huracanes y torbellinos de los desengaños, que se vestían de hombres, gente hipócrita que se fue encontrando en su camino y que a pesar de todo no acabó con su ilusión.
El vuelo duró cinco años, hasta que un día un ictus le cortó las alas, dañándole su visión y su movilidad.
Ella aún mantiene la esperanza de que algún día pueda recuperar parte de su vista y parte de su movilidad, para así poder independizarse.
Estos deseos de ella, a sus padres no les entran en la cabeza. La tienen metida en una burbuja de cristal y no entienden que le empiece a faltar el aire. 
Ella tiene la esperanza de casarse y tener hijos el día de mañana, cosa que sus padres no ven muy claro. Piensan que primero es su recuperación y que luego el tiempo dirá. No entienden que para recuperarse también hay que soñar.
A ella le crispa los nervios que su familia dude que lo está dando todo, poniendo toda su voluntad para recuperarse cuanto antes. Pero mantiene la esperanza, menos mal, de que todo cambie y de que el día de mañana deje atrás esta pesadilla.

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