Rencor


Peva

El rencor es una pérdida de tiempo, pues hace que la vida parezca mezquina. El rencor te coloca fuera de la realidad, te sofoca los pensamientos y las emociones más saludables y te obliga a vivir una vida pobre, muy alejada de la vida retozona que a todas nos gusta. Yo, rencores, tengo los justos, para andar por casa. No me apetece cargarme la vida con malos pensamientos, que los malos pensamientos te corrompen el cerebro y te lo reconvierten en una caja de maldades.
Dicho lo cual, y reiterando lo dañino que es el rencor para la buena salud, he de confesar que la señora, o sea, Pilar Eva, está cabreada con el mundo que le ha tocado vivir. Mi cuerpo casa mal con mi linda cabecita, pues esta corre más que mi masa muscular y me pide más cosas de las que el pobre cuerpo puede proporcionarle. También  ocurre que me enfado por gilipolleces, pero es lo que toca a cierta edad. Y me perdonáis por hablar así, pero todo lo malo se pega. Cada vez que oigo a un político decir eso de “¡es lo que toca!”, a mi me dan ganas de quitarme la bota y estrellarla directamente contra la pantalla de la tele de mi cuarto. Lo que pasa es que no la tiro porque me la cargaría, y es propiedad privada, o sea, mía, y me cabrearía mucho el copago o repago de mi propia tele, destrozada por mí.
A lo que iba, que, sin ir más lejos hace unos pocos días, estaba yo en la habitación lavándome mi lindo cuerpazo, y entra una inteligente responsable de esta residencia y me dice de repente: “Hoy te vamos a limpiar el cuarto”. Así, ¡por sorpresa!, porque les cuadraba a ellas. ¡Mira, tía¡, pues a mí las sorpresas cada vez me gustan menos, que suelen ser desagradables de cojones.
Nadie me había pedido opinión, es mi cuarto pero yo no cuento, nadie me ha preguntado: “¿Te viene bien que hoy hagamos limpieza general en tu cuarto?” Porque en esta residencia hay normas, pero las que nos benefician a los residentes se olvidan con demasiada facilidad, y eso que es por nuestra jodida minusvalía que el personal tiene trabajo aquí. ¡Y con lo desesperante que es el paro! Deben de pensar que hay cojos de sobra por ahí fuera.
Porque esto no es todo, que lo que mal empieza, termina peor: te lo limpian todo tan a fondo, que la mitad de tus cosas terminan en la basura o vete tú a saber. Desde luego, nunca más volverán a estar en su sitio. ¡Y esto te hace una gracia..!

No hay comentarios: