"Arrivederci"


Laura y adredista 1
No he tenido más remedio que olvidar a unas personas que, desde que caí enferma, no han querido saber nada de mí. Alicia es una de ellas.
Recuerdo muy bien aquel día claro de primavera. Como siempre, yo me había levantado feliz, era un día más en mi vida y había que disfrutarlo. Así seguía pensando, a pesar del reciente diagnóstico de mi enfermedad, esclerosis múltiple. Fue duro aceptarlo, me costó lágrimas y lágrimas.
Centré las fuerzas en superarme a mí misma y lo fui consiguiendo. Decidí vivir mi futuro tranquila y sin miedo.
Alicia conocía muy bien mi estado de ánimo, de todas las que formábamos el equipo de trabajo ella era mi mejor amiga. Ese día la noté un poco rara, como si quisiera guardar distancias. Intenté averiguar el motivo y le pregunté:
–¿Te pasa algo? 
Se encogió de hombros, hizo una mueca, pero no contestó nada.
–Me imagino –le insistí– que te habrá afectado mi enfermedad.
En ese momento me vino a la memoria la actitud de mi madre, que se rebelaba contra mi enfermedad, pero me seguía queriendo como a una hija pequeñita. Alicia callaba.
–Esperaba un poco de ti, Alicia, –me atreví a expresarle– un poco de comprensión al menos.
No me contestó. Fingió que tenía prisa, volvió a encogerse de hombros, movió los ojos en dirección a la batea que tenía en sus manos con preparativos para una inyección y desapareció de mi vista.
Tomé la actitud de la indiferencia, para no tener que añadir al trauma de mi enfermedad un problema más. Y borré a Alicia de mi cabeza, fue la que más me costó. Y lo hice también con mucha gente de la Cruz Roja que no han querido saber nada de mí. Todas esas personas han salido de mi vida sin despedirse.
Mi liberación ha sido total, pues asumí rápidamente que ninguna merecía mucho la pena.
Y, además, que cada uno debe cargar con sus propios problemas. Ahora estoy tranquila y feliz con mis actuales compañeros, en la residencia, cada uno con sus limitaciones. Pero somos sinceros cuando nos hablamos,  cuando nos miramos a los ojos, y eso es algo precioso y poco común en esta sociedad.
Yo no quiero olvidar jamás a mis actuales compañeros.

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