Soledad

Víctor y adredista 0
Todos hemos sido niños y me vais a entender. Cuando murió mi madre, yo seguí durmiendo con mi hermana Macarena. Descubrí el miedo a la soledad cuando ella, ya mayor, con diez u once años, comenzó a dormir sola y yo me quedé con toda la cama para mí. Y un gran susto, que no se me pasaba.
El miedo a dormir solo me duró mucho tiempo. Tenía que llamar a mi hermana y ella estaba conmigo hasta que me dormía.
Pasaron los años y me acostumbré a la soledad, aunque siempre las noches se me hicieron demasiado largas.
Cuando me fui de casa y vine a esta residencia, conseguía dormir solo a duras penas. También me fui acostumbrando.
Pero una noche me la pasé en blanco, no podía dormir. Al día siguiente estaba aterrado, me daba miedo pasarme otra vez toda la noche solo y despierto. Pero me la pasé, qué remedio.
Y el miedo volvió a instalarse en mis nervios, es tan larga la noche y es tan fría la soledad. Cuando me quise dar cuenta, tenía miedo a todo, me daba miedo la vida, estaba perdido.
¿Y qué ocurrió? Que tuvo que volver mi hermana Macarena a rescatarme. Me llevó con ella, me acompañó las noches más largas del invierno y así volví a atreverme a dormir solo y, sobre todo, he vuelto a atreverme a vivir un poco.

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