Sentada del 8 de julio de 2010

FUEGO
Loli
La encina vale para la lumbre. Y también el humo vuela.
Volar es del águila, que las vemos. También están los pájaros.
La encina sirve para calentar la leche o la comida, cuando la hacen. Volar es de los pájaros, que van por el campo.
También me gustaría volar a mí.
Con la encina y carbón podemos hacer comidas. Se hacen en el horno el pan y muchas...

Yo soy Loli. Me tratan bien en la residencia. Algunas veces se enfadan conmigo.
En mi casa, cuando voy, me tratan bien. En la infancia, cuando fui pequeña, me trataban mal. Ahora tengo 54 años.
A los 10 meses me dio el parálisis infantil.
En la residencia, cuando llegué, me acogieron como si fuera su hermana.
En la residencia me lo paso muy bien. Unos días escribo, otros días pinto, me gusta coser y también no me meto con nadie.
Tengo amigos y amigas. Y por supuesto, el novio. Vengo de Morata de Tajuña y soy Loli.

La zapatilla sufre por nosotros cuando vamos andando.
En la infancia me pusieron unas zapatillas y luego se rompieron.
O se rompen los cordones.
También las he llevado yo que me hacían al principio daño. Como eran nuevas.
Ahora las vamos a arrinconar porque están viejas.
Hay zapatillas de muchas clases.
Las zapatillas van por el cemento y los cantos. Así es como sufre la zapatilla.


LA PERSONALIDAD DEL FUMADOR
Gerardo
Yo paseo muchas veces por el cementerio y me da mucha sensación. Y cada vez que paseo por el cementerio me pongo triste. Me gusta pasear por el cementerio cuando voy al pueblo. Lo paseo mucho por dentro, porque me gusta mucho pasear por dentro del cementerio porque me hace mucha ilusión y me gusta mucho visitarlo, así, las tumbas.

En aquellos tiempos hice fechorías, matar a un perro. Y no me gustó haberlo hecho, pero no tuve más remedio que hacerlo porque el animal estaba muy mal, porque estaba lleno de bichos y por eso no tuve más remedio que matarle, porque me lo dijo mi padre, que así no podía vivir, así, el animal. Se llamaba Linda y la maté con una estaca.

Yo cuando me dio el infarto estaba lleno de ansiedad. Y me puse triste cuando me quitaron el tabaco. Me costó mucho tener que dejar de fumar, así, de repente, porque me puse muy malo, porque estuve a la muerte del infarto que me dio en ese momento, que me tiré doce días en la UVI porque iba medio muerto.



SAMARITANO
Alberto
Alberto, un hombre de 62 años, se metió en un taller. En ese taller también entró Andrés, un amigo suyo de toda la vida. Y los dos conocieron a muchas chicas. También hacían piezas de plástico, pero no ganan ni para el metro.
Más tarde hicieron una residencia y Alberto se metió allí, y conoció a los monitores. Y también tenían un pequeño zoo, con una oca y algunas palomas.
Luego fue a Guardamar con Antonio Mira, el monitor. Y tenía mucha gracia, pues se echaba la siesta todas las tardes y cuando se levantaba se iban de paseo y a tomar algo.

Si alguien se desmaya, primero daría la alarma y detendría el tren. Luego, cuando vinieran los del Metro, explicaría lo que hubiera pasado y los del metro ya lo arreglarían. También lo acompañaría a la salida a que le diera un poco el aire y, si yo no tengo prisa, me quedaría un rato con él.

Si alguien asustado va por la calle y me pide ayuda, yo buscaría a un guardia, pero primero le preguntaría que qué le pasaba. O bien le invitaría a tomar café y que me lo contara. Luego iría a una comisaría por si él quisiera poner alguna denuncia.

No hay comentarios: