Ley del silencio

Rosa
Yo no hablo de muchas cosas porque me da miedo. Temo a lo mejor equivocarme en mi juicio y por eso no hablo de ello. Una de las cosas que nunca miento es precisamente el miedo. Soy muy miedosa y esto me preocupa. Otra cosa que me da miedo es escribir, o sea, ponerme a dictarte, porque temo meter la pata faltando a la confianza de alguien y desvelando secretos que no se pueden desvelar. No sé si vale más la verdad dicha o la verdad callada. Me da miedo hablar mal de la gente cercana a mí. Hablar del miedo me produce cierto malestar. Ir al hospital, al neurólogo, me da pánico. Es buenísimo y yo le tengo mucha confianza, pero lo que no me gusta es necesitarlo. Si yo estuviera bien no tendría que visitarlo, pero no estoy bien y lo visito a la fuerza. Mi hermano también lo necesita y también le tiene mucha confianza. He estado muy preocupada durante unos días porque a mi madre tuvieron que ingresarla en el Ramón y Cajal y luego han ido a visitarla a casa varios médicos. Mi hermano me ha dicho que no llame más por teléfono porque mi madre ya se encuentra mejor. Yo no he vuelto a llamar para que no me regañe, pero estoy preocupada. A mí no me hace gracia escribir sobre la muerte porque le tengo mucho respeto. En realidad, ni se me ocurre hacerlo, no me gusta ni mencionarla, me da palo. Ayer me la recordó un amigo y por eso me ha venido ahora a la cabeza. Tengo miedo a morir.

No hay comentarios: