La estación

AnaBelén
Ismael es un joven deportista que sale a correr cada mañana por el parque de su barrio y alrededores.
Un día se fijó en una mujer sentada en un banco con un libro entre las manos. Su silueta joven, concentrada en la lectura, se le apareció en días sucesivos. El chico dudaba si abordar a la lectora, no quería pasar por atrevido, no quería inquietarla.
Pero al final le echó valor.
–Hola, sólo sabes que leer –le dijo Ismael al fin.
–¿Y de quién huyes tú, que no haces más que correr? –contestó ella.
–De mí mismo, me llamo Ismael.
–Pues yo me llamo Carmen y también huyo de mí cuando leo.
Se veían todos los días, ella en su banco, él en sus zapatillas, y se inició una bonita amistad.
Y cada noche Ismael se va a la cama deseando que Carmen no vuele del banco con la estación.

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