Miniaturas VIII









Iñaki



Me fui de muchos sitios
y, al fin y al cabo,
lo único que conozco
son los sitios que abandoné,
porque las personas se han borrado.

Tu mirada
es como la sierra nevada,
lo esconde todo,
y tus gestos son de halcón
y tu cuerpo es la vida,
mujer.

Qué cómodo es hacer ruido
si no molestases a todos,
qué bonitos son tus gritos
si no robasen el silencio de todos,
qué bonito sería vivir
si la soledad te perteneciese.

Entiendo este mundo,
pero la realidad del cariño
y la comprensión
se despeña por el mismo pasillo
largo y duro de los gritos.

Miras un árbol
y lo ves triste,
miras el paisaje
y lo ves triste:
no ves el árbol,
era un paisaje de tu vida.

Palabras vacías,
palabras muertas,
palabras vacías,
hipocresía, falsedad,
¿buena voluntad?
No todos pensamos igual.

Camino del silencio,
camino del más allá,
camino sin destino
por el que nadie vuelve.

No estaré nunca,
no estaré siempre,
no estaré,
en el rincón de mi alma
no estaré,
del rincón de mi vida
me echan, no estaré.




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