Pobreza

Peva
La pobreza en un mundo tan grande, la pobreza está comenzando a dar miedo entre nosotros, en medio de los países ricos. Ha llegado hasta aquí en forma de crisis económica y ha llegado para todos, nos ha cogido desprevenidos, indefensos. No sabemos a qué puerta llamar, no sabemos ser pobres. Nos habían enseñado a vivir por encima de nuestras posibilidades y la burbuja del bienestar ha estallado como el cohete mal construido, igualito, ha saltado en pedazos y nos hicimos mucha pupa en la caída. Yo oigo cada cosa de poner los pelos de punta. Incluso lo veo en la tele, si miro las imágenes en vez de escuchar los comentarios. De punta se me ponen los pelos, ya no tengo ni que darme gomina, lo cual no está nada mal, es lo que ahorro. Niños que no comen en el centro de Madrid o de Nueva York, madres sin leche junto a la opulencia más insultante, cada vez más desamparo. Ayer me paró un tipo para decirme que él había tenido buena calidad de vida, así me lo explicó, literal, pero que ahora ya no ganaba lo suficiente para ir al cine y pagar la entrada. Me lo decía con indignación, como si hubiera perdido un derecho. La verdad es que el cine se está poniendo de ciencia ficción, el precio de una entrada parece una película fantástica. Pero los que me preocupan de verdad son las familias que dejaron de hacer cola en las taquillas del cine para esperar en las colas de los comedores de caridad que están abriendo los ayuntamientos para que no se mueran de hambre sus contribuyentes. Si esto es de locos, si el hambre está ocurriendo aquí mismo, a mi lado.

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