A Federico García Lorca








José Luis



Federico:
permite que un pobre poeta
como yo
te recuerde y te llore.
Te tocó vivir
en los tiempos difíciles
y no te equivocaste,
así me enseñas a vivir
mis peores momentos
en esta silla de ruedas.
Fue por defender la libertad
que te mataron,
los que te mataron
no eran hombres,
te quitaron la vida las sombras,
que aún persisten,
del mal, de la historia.
Tú ya ni los recuerdas,
Federico,
a los monstruos que te fusilaron:
desde la cuneta
nos gritas a nosotros.


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