Sentada del 2 de julio de 2009

Concejos de ancianos... hoy, le toca a Mercedes compartir su texto luminoso con estas dos notas de pérdida del Foro de Vida Independiente. Manolo Lobato trataba de "entroncar" sus iniciativas desde lo más abrazable de la antropología, la que, más que ciencia, queremos perpetuar como presencia. Que Mercedes pueda saber de sus luchas, no sólo para desconfiar de bienvenidas como la que enviñeta su aterrizaje a la fuerza de la palabra.

ADIÓS A MANUEL LOBATO

En la mañana del 24 de junio, falleció en accidente de circulación nuestro compañero y amigo, Manuel Lobato. Su irreparable pérdida deja un vacío en todas aquellas personas que tuvimos la inmensa suerte de conocerlo y de contagiarnos de su entusiasmo y su convencimiento de que otra vida es posible para las personas con diversidad funcional. Manolo fue uno de los fundadores del Foro de Vida Independiente en España, una de las personas más significadas en la lucha a favor de los derechos humanos y un referente en Europa del Movimiento de Vida Independiente. Mostrar todo nuestro apoyo a su familia en estos momentos tan duros. Seguro que donde estés seguirás con tu lucha, que es la de todos nosotros. Nunca te olvidaremos. Descansa en paz



MI PARTICULAR Y PERSONALIZADO
PREMIO MANUEL LOBATO 2009.


Javier Romañach, Javi o “¡pasa tronko!” para el ausente Obi-wan

Tengo seca el alma, sé que los luchadores no mueren y resuenan en mi memoria las gracias que nunca nos dimos, porque siempre sobraron, porque sin vernos nos queríamos y sin hablar nos conocíamos, porque siempre supimos que nos teníamos para la lucha, para los hechos, sin presencia, sin ausencia, con el mero apoyo de tenernos siempre, necesarios o no.
A la estela de tu valor entrañable, siempre hizo falta quien sacara alas inventadas antes de que llegáramos al suelo, pero siempre lo hubo, porque estábamos juntos, nunca estuvimos solos, sabíamos a dónde íbamos, sabíamos que era noble y sabíamos que era bueno y, sobre todo, sabíamos que no sabíamos.
Lo tuyo: el calor y el valor, lo mío: inventar alas de vez en cuando. Hemos cantado, luchado, pensado, marchado, reído, bebido, comido, sudado, viajado, debatido, disentido, festejado, maldecido, repartido palabras llenas de dignidad a diestro y siniestro, en todos los idiomas que supimos, aprendimos o inventamos; hemos dormido en suelos y negociado en salas con mesas de caoba por la eternamente lejana divertad que musicamos con estruendo y con el sabor alegre y natural de los que, contigo, aprendimos a vivir, simplemente a eso, a vivir, lo más sencillo y lo más difícil.
No te vas maestro Obi-wan, te ausentas, porque lo compartido dará para cien vidas que alguien vivirá por nosotros.


AQUÍ ESTOY
Mercedes
Soy la nueva en esta residencia, acabo de aterrizar. Mi habitación está fenomenal, no tengo que compartirla con nadie, es para mí sola. Es bastante grande, con una bonita terraza con vistas a la calle, que es un parque. Tiene un ventanal enorme por el que entra mucha luz. Por la mañana se mete un sol que llega hasta la mesa. La cama eléctrica sube y baja y cambia de posición a voluntad. El armario, desde el techo hasta el suelo, es muy hermoso y cabe un montón de ropa y de cosas. También hay un cuarto de baño adaptado, tiene de todo, plato de ducha, silla de baño. Tampoco es pequeño. Pero lo que más me gusta de la habitación es que no tengo que compartirla con nadie. Si tuviera que compartirla con otra persona ya no sería igual para nada, así tengo más libertad. Ya tengo varios cuadros, pero todavía no la tengo decorada como a mí me gustaría. Bueno, poco a poco. Una vez que esté como a mí me gusta, ya me parecerá más acogedora, como la habitación de una casa. ¡Hombre!, una residencia no es igual que tu casa, el personal está muy trabajado y aquí el trato es más frío. Los trabajadores, ellos te tratan lo mejor posible, hacen su trabajado como saben, pero no con el mismo cariño que tu familia, pero yo lo he aceptado lo mejor que sé. Con las personas que están en la residencia trabajando me llevo bastante bien, no he tenido una sola bronca por el momento.
Con mis compañeros, sin embargo, con unos estoy mejor que con otros, porque con algunos es imposible la convivencia. Con la mayoría me llevo muy bien, pero hay algunos que no, no puedo con ellos. Una tarde, en la clase de informática tuve un pequeño altercado con una alumna. El profesor me estaba explicando como lo tenía que hacer, sobre el escrito que yo estaba escribiendo, y entonces fue cuando María, como siempre, ella que no se calla nunca, tuvo que dar su opinión, que si se hacía así o asá. Yo le dije que se estuviera tranquila, que no necesitábamos su opinión. En realidad, le pregunté, muy borde, que si estaba hablando con ella. En mi descargo, sólo puedo decir que ese mismo día en la mañana, en el taller de escritura, salió el tema de la dignidad, y estuvimos hablando de cómo tenemos la obligación de defender nuestra dignidad. Entonces debe de haber sido que yo respondí como quien defiende su dignidad cuando alguien, o sea, María, que tiene ese defecto, se quería poner por encima de una. Fue por lo que le paré los pies, tuvo que ser eso. Otra tarde, ella me explicó que nada más me quería ayudar. Yo la pedí perdón y ya somos tan amigas las dos como antes. Pero no, ¡ja, ja, ja!, entre nosotras dos y en nuestros corazones nada va a poder ser como siempre, porque en nuestras miradas hay una inmensa frialdad. ¿En el futuro, volverá a ser todo lo mismo que antes, o no? En fin, soy la nueva y aquí estoy, aprendiendo a sobrevivir.

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