Marco Antonio

Cipri
Me he acordado de Marco Antonio porque estos días se habla mucho de moteros que se matan en la carretera. Marco Antonio hace mucho que se mató, pero no me olvido de él. En la carretera de El Arahal, camino de Sevilla, se metió debajo de un camión, fue su último derrape.
Cuando recuerdo a Marco Antonio me acuerdo también de su hija Paula. Fue su única hija y nació con síndrome de Down.
Mi Marco Antonio no se casó con Cleopatra, sino con Toñi. Era el hermano más guapo de mi mejor amiga, Paqui Mateos, y se hizo fotógrafo en un estudio que había montado su padre para sacarse un dinerillo que añadir al sueldo de cartero, en Osuna. Marco Antonio se ganaba bien la vida haciendo reportajes para revistas, pero no era un señorito.
Sin embargo, cuando Toñi y él decidieron casarse, se fueron a Sevilla y lo hicieron a lo grande, en el Cristo de los Gitanos y en carroza, con un tiro de ocho caballos y sus correspondientes palafreneros. Tenían amigos que sí eran terratenientes y señoritos, y ellos les dejaron los caballos. La novia estaba de impresión con su minifalda turquesa, otro capricho, y Marco Antonio con traje campero.
Su hermana Paqui y yo, con quince años las dos, nos vestíamos por primera vez de tiros largos, son los vestidos que mejor recuerdo de toda la boda, ella de falda azul y blusa blanca, y yo con vestido salmón suave. Sobre todo recuerdo los pisotones en los bajos a cada dos pasos. Menos mal que las dos llevábamos manoletinas, que éramos muy crías para calzar taconazos. Pero qué problemón eso de caminar con semejantes largos.
Todo el pueblo esperaba a los novios en la Plaza de España, pues la celebración iba a ser en el casino. También era el primer baile a lo grande de Paqui y yo. Marco Antonio nos protegía y nos decía que estábamos muy guapas, pero la verdad es que estábamos un poco pingüinas las dos.
Toñi es una mujer muy fuerte. Y ha demostrado estar muy preparada para enfrentar estas malditas sorpresa que te da la vida. Al quedarse viuda, se ocupó de su hija con mucho cariño y la ha sacado adelante. No la derrotaron las contrariedades. Hace mucho que no la veo, sé poco de ella últimamente, pero la niña y ella están bien. Marco Antonio todavía les hace algunas fotos a las dos, para recordarlas en sus soledades de por ahí, ya sin la moto.

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