Sentada del 26 de febrero de 2009

FAUNO
Auxibio
Hace años los faunos locos correteaban a las levantinas y los cuatro Pegasos de fuego galopaban en el aire. En otro lugar, tres cruces de oro formaban un tridente que impedía que la fuente de la vida fluyera entre el sol y la luna. Los cuatro caballos etéreos se dirigieron a la fuente a construir un abrevadero, y allí encontraron tres Pegasos muertos en el aire. Habían bebido de la fuente. Tres águilas áureas sangraban por las heridas que un Pegaso les había hecho con el tridente que custodiaba la fuente de la vida.
Las otras aves custodiaban las puertas, preservándolas de intrusos, y el oro del paraíso permanecía seguro. Dos tridentes voladores atravesaron el sol donde las brujas aspiraban el hálito del sol y de la luna.
El rocío de la noche contenía un aire con la pureza del estío: ¡por qué las palmas se atreven a batirlo!
Las siete cruces doradas planetarias eran bañadas por la humedad del ambiente y las calaveras de siete ojos se reflejaban en el jade. Las nueve cúpulas del templo de Atenea contenían las letras del alfabeto griego y un tridente de oro.
Montes y valles, ¡por qué se elevan por los aires a través del tiempo!
La liebre en los campos de trigos y cebadas corre en libertad, y el conejo cava en la tierra madrigueras.
Me encontré con el trío de minotauros y me conmocioné a mi mismo. El rocío de la mañana había humedecido la hierba fría, trayendo más luz al alba.
¿Qué noche helada de abril podría resistir su influjo?
Uno de los minotauros bebía de la frágil corriente que fluía hacia el mar. Siete serpientes tricéfalas aspiraban el húmedo aire por entre la roza de las hierbas coloreadas por la sangre.
Petra se encontraba envuelta por las llamas de la aurora boreal.
¡Por qué las flores frágiles vierten este vino amargo con sus cálices!
Un dragón y nueve reptiles famélicos, que vivían ocultos tras falsas apariencias, iban por el rastrojo de la hierba en busca de alimento y el lucero del alba brillaba intensamente.
Los guerreros de Trasta construían una fortaleza castrense por el miedo que les provocaba el alma acallada de sus víctimas y las calaveras fundidas en forma de cruz. Cortamos camino hacia Atenas.
Los trotamundos subían como locos por los acantilados en busca de sustento y las amapolas del campo florecían a contracorriente. Con frecuencia aparecían seres con forma de animales mitológicos y de fantásticos animales invertebrados. ¿Por qué Trasta también a éstos teme y Ática trata de ahuyentarlos con el fuego?
El falso cosmos albergaba un fuerte aroma de sándalo que cubría los vallados de la polis. Las blancas palomas arrullaban con fuerza contra el alba revoloteando sobre los trigales.
De Ática trajeron tres Vestales puras y limpias y tres robustos pedestales de granito. Zeus y Agenor estaban a la puerta de Troya abiertos por las entrañas y otras fatigas legendarias aquejaban a los aqueos. Las vestales toman su propio sudor cristalino para calmar la sed y las tres costas rugen con el flujo del mar. Los Pegasos salvaguardan a las Vestales, creadas para su defensa y sosiego.
Encontramos la furia y la violencia de las jabalinas y corazas de los guerreros de Trasta desatada en contra de los desdichados. ¿A quiénes ensucian esta ferocidad y excesos?
Las trazas de Alcmena desprendían fulgores perceptibles desde Ostia, y Estigne presentía los dolores del parto. Las vergüenzas de los otros avasallaban con sus fuerzas ocultas las tropas parapetadas en los flancos de la polis de Tracia.
Los arcos del valle del Lidias, formados por trozos de piedras calizas y plúmbeas, cuyos pies enmarcan la plaza, son los testigos mudos de los avatares de Grecia contemplados por Lucio.
Las tres almenas de Cresos albergaban tres aves mitológicas del alba que tenían dos palomas blancas colgando de sus picos.


NO APARECE NADIE
Laura y adredista 1
Yo tenía grandes amigas, al menos eso pensaba entonces. Salíamos de paseo, veíamos las películas que nos gustaban, compartíamos excursiones a la sierra y disfrutábamos juntas del campo, conversábamos sobre cualquier tema... y siempre con entusiasmo. La sonrisa era tan natural entre nosotras que parecía una amiga más, como la argamasa que se encargaba de unirnos unas a otras. Nuestro mundo era un mundo entrecruzado y alegre. Yo pensaba que siempre podría contar con su amistad. Pero, ¡chas!, la realidad se encargó de mostrarme otra cosa. Cuando a mí me sentaron en la silla de ruedas, ellas empezaron a volar. Una tras otra, se fueron y me quedé sola, sin amigas, cuando más las necesitaba. Y aquí sigo. Pero en estos momentos tengo cuidadoras que, por fortuna, me tratan muy bien. Quizá sea por mi simpatía, que les transmito espontáneamente, pues yo sigo sonriendo. Para mí, mis asistentes ocupan hoy el espacio que dejaron aquellas "grandes amigas" de otros tiempos. Aquellas no volverán, y la verdad es que ya no las echo de menos. Con el paso del tiempo he comprendido que jamás fueron mis amigas.



MI QUERIDO GAVILÁN
MaryMar y adredista 0
Mi querido gavilán, conmigo nunca ibas a volar. La última vez que te vi fue en la Casa de Campo. Yo todavía usaba los andadores, tendría quince años, y tú pasabas y pasabas sobre las encinas con la soberbia de los fuertes. Me enamoré de ti. No me enamoré de tu vuelo, ahora te lo explicaré, sino de tu pico corvo y amenazador. Yo sé que dios me quiere, es un ejemplo. Pero ya ves tú, no me quiere con piernas como a las demás mujeres. No se lo reprocho. En realidad, sí se lo reprocho, pero me sirve de poco hacerlo porque igual no podré andar. No puedo andar a pesar del amor de dios y a pesar de mis protestas. Mi querido gavilán, yo te cortaría las alas, tampoco me gusta que vueles. No soy dios, pero también estoy enamorada de ti, mi adorable rapaz, y te cortaría las alas. Pero no te limaré el pico, no te lo mellaré, no te lo cortaré. Con ese pico matas, y es lo que más me gusta de ti. Cuando cazas, eres fascinante. Tu pico es preciso como el cuchillo de un asesino. Yo me enamoré de tu pico, en realidad. No me gustan los tipos fuertes, odio a los fuertes y sus exhibiciones, a los leones, a las panteras, a José María Aznar, y es por esto que yo te cortaría las alas, para que no te chuleases a la vista de tus víctimas. Pero no te mutilaría tu pico, porque tu pico es eficaz e imprescindible para sobrevivir, para cazar y alimentar la pollada. Sin ese pico tan elegante que tienes, no podrías matar. Y yo te amo para que mates.

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