Mi querido gavilán

MaryMar y adredista 0
Mi querido gavilán, conmigo nunca ibas a volar. La última vez que te vi fue en la Casa de Campo. Yo todavía usaba los andadores, tendría quince años, y tú pasabas y pasabas sobre las encinas con la soberbia de los fuertes. Me enamoré de ti. No me enamoré de tu vuelo, ahora te lo explicaré, sino de tu pico corvo y amenazador. Yo sé que dios me quiere, es un ejemplo. Pero ya ves tú, no me quiere con piernas como a las demás mujeres. No se lo reprocho. En realidad, sí se lo reprocho, pero me sirve de poco hacerlo porque igual no podré andar. No puedo andar a pesar del amor de dios y a pesar de mis protestas. Mi querido gavilán, yo te cortaría las alas, tampoco me gusta que vueles. No soy dios, pero también estoy enamorada de ti, mi adorable rapaz, y te cortaría las alas. Pero no te limaré el pico, no te lo mellaré, no te lo cortaré. Con ese pico matas, y es lo que más me gusta de ti. Cuando cazas, eres fascinante. Tu pico es preciso como el cuchillo de un asesino. Yo me enamoré de tu pico, en realidad. No me gustan los tipos fuertes, odio a los fuertes y sus exhibiciones, a los leones, a las panteras, a José María Aznar, y es por esto que yo te cortaría las alas, para que no te chuleases a la vista de tus víctimas. Pero no te mutilaría tu pico, porque tu pico es eficaz e imprescindible para sobrevivir, para cazar y alimentar la pollada. Sin ese pico tan elegante que tienes, no podrías matar. Y yo te amo para que mates.

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