Identidad

Rosa, que lleva unos días en el Severo Ochoa, y adredista 0
Soy Rosa y no me imagino siendo Margarita. ¿Si me hubiese llamado Margarita, sería otra mujer? Sin duda. Como la luna atraviesa la noche persiguiendo el sol, el sol cruza el cielo cada día preguntando por la luna, todos lo sabemos. Pero la luna y el sol nunca se encuentran en los cuentos. ¿Y qué es más cierto, pues, un cuento o una verdad? Como buena lectora, apuesto por el cuento. Todos los cuentos son mentiras, pero todas las verdades son también mentira. Sólo existe la verdad que nos decimos, porque la palabra no es verdad, la palabra es diálogo y es comunicación. La palabra dicha, la palabra viva, nos acerca, nos junta, nos comunica. La palabra escrita es sólo prosa. La palabra escrita resucita cuando la leemos, entonces se hace poesía y se hace verdad. La palabra escrita no es la realidad, el saber no es la realidad. Nuestra realidad, lo que es nuestro saber y nuestro mundo, la forman las palabras que hablamos, sólo las palabras que decimos. Lo que decimos es lo que nos abarca, allí donde llegan nuestras palabras dichas llegarán también nuestras sillas de ruedas. Por eso que yo soy Rosa y no me puedo imaginar siendo Margarita. Y por eso que tú, mi asistente, eres Andrés y tienes ya unos cuantos años de sobra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Rosa,¿que hazces en un hospital? Me gusta más verte pasear por el parquesur como tu dices,
cuidate y ponte buenisima
una rosa y un abrazo.