Eventos consuetudinarios

Conchi
Mi etiqueta es La Gorda. Todos los cuidadores me lo llaman. Y además, me pongo más rígida que el Coe en sus manos, que mira que está tieso, y hago fuerza para el lado contrario cuando me bañan, pero lo hago sin querer. Y dicen los cuidadores que por qué no adelgazo y yo les explico que soy así.
Uno me ha dicho esta mañana: “Pues pesas mucho”. Y yo, vuelta con que soy así y que además no me puedo doblar. Y él : “Pues tenías que ponerte a régimen, porque así podría mejor contigo”. Y le digo a mi vez: “Pero si no como, hermoso, si estoy anémica. Trabaja y no me jodas más, porfa”. Y él: “Es que cuesta mucho vestirte y darte la vuelta”. Y vuelvo a disculparme: “Yo lo siento mucho, pero es que sin baño no puedo vivir, porque, además de gorda, me llamarías cerda”. Y él, otra vez: “Al Coe, por lo menos, a pesar de estar tieso, se le maneja mejor que a ti porque no nos hace la contra”. Si lo sabré yo: “Porque te tengo miedo, por eso hago fuerza. Siempre creo que vas a tirar a la Gorda con el agua, por eso te hago la contra”.
Pues fue decir esto, que también me pasa que no me callo, y el cuidador ya no me ha hablado en todo el día, ni hola ni Gorda. Hace un momento, nos cruzábamos en el pasillo y se ha dado la vuelta.
Y mañana vendrá otro cuidador a bañarme y vuelta a empezar. Es muy divertido. Así, cada día.

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